Si su hijo tiene anemia aplásica
La anemia aplásica se presenta si la médula ósea del niño no produce una cantidad suficiente de células sanguíneas sanas. Es una afección grave que puede ser mortal si se deja sin tratar. El proveedor de atención médica de su hijo puede explicarle las opciones de tratamiento.
|
Normalmente, la médula ósea produce las células sanguíneas necesarias para conservar la salud del cuerpo. |
|
En la anemia aplásica, la médula ósea no produce una cantidad suficiente de células sanguíneas sanas. |
¿Qué son las células sanguíneas?
-
Las células sanguíneas (o glóbulos sanguíneos) se producen en la médula ósea. La médula ósea es la parte blanda y esponjosa del interior de los huesos. Todos los días se producen nuevas células sanguíneas. Ayudan a reponer las que se mueren naturalmente o que el cuerpo pierde a causa de una lesión o una enfermedad.
-
Hay 3 tipos de células sanguíneas: los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. Los glóbulos rojos contienen una proteína llamada “hemoglobina”. Esta proteína les permite transportar el oxígeno por todo el cuerpo. Los glóbulos blancos ayudan a combatir las infecciones y las enfermedades. Las plaquetas facilitan el proceso de coagulación al controlar el sangrado proveniente de las cortadas o magulladuras. Cada tipo de célula sanguínea es necesaria para mantener la salud general. En la anemia aplásica, el recuento de los 3 tipos de células sanguíneas pueden estar reducido.
¿Cuáles son las causas de la anemia aplásica?
La anemia aplásica puede producirse sin ningún motivo aparente. Se considera que la exposición a la radiación o a algunos compuestos químicos tóxicos aumenta la propensión a este tipo de anemia. Ciertas infecciones virales como la hepatitis también aumentan las posibilidades de que se produzca esta afección. Además, determinados trastornos autoinmunitarios o afecciones genéticas pueden provocar esta afección en algunos casos.
¿Cuáles son los síntomas de la anemia aplásica?
Algunos niños no tienen ningún síntoma. Si hay síntomas, pueden ser los siguientes:
-
Palidez
-
Mal humor
-
Debilidad
-
Falta de energía (agotamiento físico)
-
Falta de aliento
-
Dificultades para realizar una cantidad normal de actividad física (intolerancia al ejercicio)
-
Latido cardíaco acelerado
-
Mareos o desmayos
-
Fiebre
-
Infecciones recurrentes o graves
-
Exceso de magulladuras o sangrado
-
Úlceras en la boca
¿Cómo se diagnostica la anemia aplásica?
Para su diagnóstico y tratamiento, es probable que su hijo vea a un hematólogo pediátrico. Es un médico especializado en trastornos de la sangre (hematología). El médico examinará a su hijo y hará preguntas sobre sus síntomas, los medicamentos que toma, su dieta y sus antecedentes familiares y de salud. Es posible que le hagan algunas pruebas. La mayoría de estas pruebas se realizan tomando una muestra de sangre de una vena del brazo, de un dedo o del talón. Las pruebas y los análisis pueden incluir lo siguiente:
-
Un hemograma completo. Esto se realiza para determinar las cantidades de los tipos de células en la sangre.
-
Un frotis de sangre. Este examen evalúa el tamaño y la forma de los glóbulos. Para esta prueba se analiza una gota de sangre con un microscopio. Se agrega un colorante para hacer más visibles ciertas partes de las células sanguíneas.
-
Recuento de reticulocitos. Se utiliza para determinar la cantidad de nuevos glóbulos rojos que se producen en la médula ósea.
-
Aspiración y biopsia de medula ósea. Se realizan para detectar problemas en la producción de las células sanguíneas. En la prueba de aspiración, se inserta una aguja en un hueso para tomar una muestra del líquido y las células de la médula ósea. En la biopsia, se inserta una aguja en un hueso para tomar una pequeña muestra de tejido de la médula ósea. Estas pruebas se pueden realizar por separado. Pero, por lo general se realizan mismo tiempo. Normalmente, se da un sedante para que su hijo no sienta mucho dolor.
¿Cómo se trata la anemia aplásica?
El tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas de su hijo y de la causa posible de la enfermedad. En casos leves o moderados, es probable que su hijo tenga que acudir regularmente al proveedor de atención médica para que le hagan chequeos y análisis de sangre de rutina. Los casos graves requieren hospitalización. El tratamiento de la anemia aplásica puede incluir lo siguiente:
-
Transfusiones de sangre. Son necesarias si la cantidad de células sanguíneas de su hijo es demasiado baja. Es frecuente realizar transfusiones de glóbulos rojos y plaquetas. Las transfusiones de glóbulos blancos son muy poco comunes.
-
Medicamentos inmunodepresores. En algunos casos, la destrucción (o lesión) de las células sanguíneas se debe a un trastorno del sistema inmunitario. Para tratar estos trastornos se administran determinados medicamentos que reducen la actividad del sistema inmunitario.
-
Otros medicamentos. Pueden administrarse también factores del crecimiento para ayudar al cuerpo a producir más células sanguíneas o antibióticos para ayudar a combatir las infecciones.
-
Trasplante de médula ósea. En raras ocasiones se administra este tratamiento si el cuerpo no puede producir suficientes células sanguíneas sanas. En el trasplante se reemplazan las células enfermas de la médula ósea por células sanas provenientes de un donante compatible.
¿Cuáles son los asuntos que hay que abordar a largo plazo?
-
Los niños que tienen anemia aplásica leve o moderada pueden aprender a controlar su afección para alcanzar su máximo nivel posible de actividad e independencia. Hable con el proveedor de su hijo sobre cómo ayudarlo a prevenir posibles complicaciones. Esto incluye temas como la actividad física, la dieta y maneras de reducir el riesgo de sangrado o infecciones.
-
Los niños que tienen casos graves de anemia aplásica necesitan tratamiento y cuidados de apoyo continuos. Colabore estrechamente con el proveedor de su hijo para aprender a ayudar al niño.
Dónde conseguir apoyo
Una perspectiva positiva ayuda mientras le brinda apoyo a su hijo. Considere la posibilidad de recibir asesoría psicológica. Esto puede ayudarlos a usted y al niño a lidiar con sus preocupaciones e inquietudes. Y no dude en buscar la ayuda de familiares, amigos, recursos comunitarios y grupos de apoyo. Muchos hospitales ofrecen también programas sobre la vida infantil, diseñados para ayudar a los niños a hacer frente a su afección. También los trabajadores sociales del hospital pueden contestar sus preguntas y recomendarle otros servicios de apoyo, si los necesita. Aprender lo máximo posible sobre la afección de su hijo y sus tratamientos podría hacerle sentir que tiene mayor control sobre la situación.
Revisor médico: Adam Levy MD
Revisor médico: Amy Finke RN BSN
Revisor médico: L Renee Watson MSN RN
Última revisión:
4/1/2020
© 2000-2024 The StayWell Company, LLC. Todos los derechos reservados. Esta información no pretende sustituir la atención médica profesional. Sólo su médico puede diagnosticar y tratar un problema de salud.