Fractura facial
Tener una fractura facial significa haberse partido uno o más huesos de la cara. Estos huesos pueden encontrarse en la mandíbula, la nariz, las mejillas o las órbitas (cavidades) alrededor de los ojos. Los accidentes automovilísticos son la causa más común de fracturas faciales; también en las peleas, caídas y lesiones por deportes se pueden lesionar los huesos de la cara.
Partirse un hueso de la cara es motivo de preocupación, porque las vías aéreas pueden taparse con fragmentos de hueso, coágulos de sangre o tejido hinchado. Vaya a la ER o llame al 911 de inmediato si usted tiene cualquiera de estos síntomas:
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Dolor e hinchazón en la cara
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Dificultades para tragar o respirar
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Falta de alineación correcta entre la mandíbula superior y la inferior, o dolor al mover la mandíbula
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La mandíbula o la nariz dislocadas (fuera de su lugar)
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Una herida abierta en la que se puede ver el hueso
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Sangre o líquido transparente saliendo por la nariz
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Visión borrosa o doble, o problemas para mover el ojo
Probablemente le darán calmantes para el dolor. Un médico le hará preguntas sobre la lesión y le examinará la cabeza y la cara. Es posible que le hagan una radiografía u otras pruebas de diagnóstico por imágenes. El tratamiento de las fracturas faciales se efectúa en dos etapas:
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Reducción: Los huesos rotos se colocan nuevamente en su posición. Esto suele hacerse una vez que baja la hinchazón, aunque las fracturas de gravedad podrían requerir una reparación inmediata.
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Fijación: Los huesos rotos se mantienen unidos para que puedan soldarse correctamente. Si se trata de una mandíbula fracturada, es posible la inmovilicen por un tiempo con unos alambres. Las fracturas de nariz se tratan con una férula o empaque blando. La reparación y fijación de huesos rotos alrededor de los ojos podría requerir una cirugía.
Revisor médico: Joseph, Thomas N, MD
Revisor médico: Walton-Ziegler, Olivia, MS, PA-C
Última revisión:
4/1/2018
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